martes, enero 09, 2007

Las grandes ciudades enceguecen

Niño campesino de la vereda, El Gigante, del municipio de Montenegro, en el departamento del Quindío.

Bogotá es una ciudad asficciante y además enceguecedora, no nos permite ver otras realidades. Desde esta gran urbe todo se mira desde un mismo ángulo y ¿dónde quedan las otras miradas?. Parece ser que los exquisitos restaurantes, los importantes museos, las grandes avenidas, las casas ostentosas, los grandes centros comerciales y la indiferencia de la gente opacan las otras miradas.

Sin embargo, lo más importante de las otras miradas, no es el ángulo desde dónde se mira, sino lo que se ve: personas sencillas, auténticas, felices; casas humildes, alegres, vivas; comidas auténticas; y la muerte. Y hablo de la muerte porque existente otras maneras de celebrarla, en las grandes ciudades hasta la muerte es esquiva.

No dejarse enceguercer por las grades ciudades, por los medios de comunicación, por el gobierno, ver la realidad colombiana que es más bella y más trizte.

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